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Cuando no estés utilizando tu bolsa, es importante que la guardes en un lugar donde no esté expuesta al sol y dentro de su cubrebolsa, ya que la piel es sensible al polvo y la humedad.
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Es importante que coloques tu bolsa en una posición donde no quede doblada o mal acomodada, ya que la piel se podría marcar. Así conservará siempre su forma orginal.
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Si no utilizas tu bolsa muy seguido y la tienes guardada en tu clóset o en algún lugar cerrado, es importante que frecuentemente la saques para que le de el aire, así evitamos la humedad.
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Limpia regularmente tu bolsa con un cepillo suave o un paño húmedo para retirar el polvo o suciedad.
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Es importante mantener tu bolsa humectada, esto lo puedes hacer cada 3 a 6 meses. Los humectantes especiales para pieles los puedes encontrar en peleterías o tlapalerías.
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Si tu bolsa tiene alguna mancha la puedes limpiar con un con un paño suave ligeramente humedecido con agua y espuma de jabón de calabaza, haz movimientos circulares suaves.